Prefacio del Libro

¿Es posible experimentar el cielo en la tierra? ¿Quién es Dios? ¿Cómo reconocer su voz? ¿Dónde encontrarlo? ¿Cómo vincular la fe con la vida práctica? ¿Qué hago con mis miedos y circunstancias adversas? ¿Qué hacemos con los pobres? ¿Cómo descubrir a Jesús en lo cotidiano?

¿Dónde estás?

El hombre y su mujer escucharon que Dios el Señor andaba por el jardín a la hora en que sopla el viento de la tarde, y corrieron a esconderse de él entre los árboles del jardín. Pero Dios el Señor llamó al hombre y le preguntó:
¿Dónde estás?. El hombre contestó:
Escuché que andabas por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí.
 Génesis 3: 8-10

Muchas veces he sentido a Dios paseándose por el jardín a la hora en que sopla el viento de la tarde. También he intentado esconderme de él entre los árboles del jardín. Pero, él siempre ha tomado la iniciativa para buscarme, llamarme y hacerme esa pregunta tan discreta y respetuosa; ¿Dónde estás?. Su tierna voz, me ha ayudado a reflexionar y a encontrarnos nuevamente.
¡Aunque desnudo y con miedo, pero ahora en casa!.
El hombre y la mujer se alejan del creador, tienen miedo y se esconden. Dios busca, llama y pregunta; ¿Dónde estás?

¡Ayudános a volver a ti!

Alivianar la vida

Por eso, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues él es el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Hebreos 12:1-2

En varias oportunidades, Pablo asocia la vida con una carrera deportiva. El apóstol nos invita a participar cuando escribe: “corramos”. Corramos; es una propuesta de acción plural, es juntos, es equipo, es comunidad. Nos desafía también a mantener una actitud de “fortaleza”. Otras traducciones señalan: “corramos con paciencia; con perseverancia”.
Nos sugiere fijar la mirada en Jesús y dejar a un lado todo lo que nos estorba y nos enreda.

Visiones y sueños

Después de estos sucesos, derramaré mi espíritu sobre todo ser humano: vuestros hijos e hijas profetizarán, soñarán sueños vuestros ancianos, y vuestros jóvenes verán visiones. Joel 2:28-32

Ganó el Decatlón y el Pentatlón en los Juegos Olímpicos de Estocolmo en 1912. Era indio y muchos lo despreciaban por su origen, pero a pesar de todo, no pudieron dejar de reconocer su grandeza. El rey de Suecia, al finalizar los Juegos Olímpicos le dijo: “¡Señor, Usted es el mejor atleta del mundo!”.

Del Estanque de Betesda al mate


En Jerusalén, cerca de la puerta llamada de las Ovejas, hay un estanque que en hebreo se llama Betesda. Tiene cinco pórticos, en los cuales se encontraban muchos enfermos, ciegos, cojos y tullidos echados en el suelo. Había entre ellos un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí acostado y se enteró del mucho tiempo que llevaba así, le preguntó:
¿Quieres recobrar la salud? El enfermo le contestó: Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Cada vez que quiero meterme, otro lo hace primero. (San Juan 5: 1-7)

Hoy, al igual que en los tiempos de Jesús, vivimos en una sociedad muy competitiva. El relato de Juan, nos deja ver que hasta los enfermos creían que podían sanarse si ingresaban primeros al estanque cuando el agua se movía.

¿Miedos?

Recurrí al Señor, y él me contestó, y me libró de todos mis temores. (Salmo 34:4)

¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Dónde iré cuando me muera?
Esas fueron algunas preguntas que me hice a los 10 años, cuando falleció mi papa.

Explotación vs. Justicia

El Señor ya te ha dicho, oh hombre, en qué consiste lo bueno y qué es lo que él espera de ti:
que hagas justicia, que seas fiel y leal y que obedezcas humildemente a tu Dios. Miqueas 6:8

Ya, en el siglo VIII antes de Cristo, Miqueas tenía muy claro lo que Dios deseaba del hombre y la mujer.

Miqueas vivía en Moreset; una zona rural, ubicada a 40 km al sudeste de Jesuralén; una región de fértiles colinas, aptas para los trabajos agrícolas.